El domingo 18 de julio un esquiador se accidentó en el conocido valle de El Boliche, en el kilómetro 70 del Portezuelo Ibáñez. El hecho se originó en medio de un día de tormenta, con mala visibilidad y condiciones de montaña técnicas. El rescate duró aproximadamente 10 horas.
El hecho ocurre en contexto deportivo y recreaciones, en una región que busca ser destino mundial de actividades al aire libre, donde jóvenes apasionados desafían sus capacidades y exploran nuevos lugares para disfrutar el deporte. Cabe mencionar que la Asociación de Guías de Montaña de Aysén, AGMA, está estrictamente relacionada con el desarrollo profesional de los guías de la región, consiguiendo fondos del Gobierno Regional a través de CORFO y PER Turismo Aysén, para formar guías profesionales de nivel mundial, capaces de llevar clientes a lugares remotos, y a su vez rescatar personas en contextos similares.
Por otro lado, el GOPE, unidad de Carabineros que se encarga de las operaciones de alto riesgo en todo el país tuvo una labor cuestionable en el rescate del esquiador, pues sus competencias en montaña y ambientes hostiles advierten una necesidad de capacitación por parte de la institución. En cambio, los guías de montaña, y miembros de la AGMA, se capacitan constantemente para acudir a estas contingencias, lo que levanta la idea de un cuerpo de rescate especializado y de trabajo colaborativo.
Un integrante de la AGMA, Pablo Mirando, quien participó en el rescate del esquiador, contó su opinión y experiencia, argumentando que “venía pensando, chuta, y si necesita oxígeno, no tengo el desfibrilador, voy a tener que hacer RCP, ¿todas estas cosas las manejamos todos?, ¿estamos hablando el mismo lenguaje todos los que llevamos a la escena?, ¿contamos con el equipo mínimo?, ¿conocemos la región?, ¿hemos tenido el entrenamiento físico?, porque uno no sabe cuándo va a demorar la maniobra y cómo va a cambiar el clima. Muchas veces en estos casos ocurre que no, y no contamos con todo y se arregla en el camino”, explica Miranda, que menciona otra situación particular en la Carretera Austral, “en la región con la geografía que contamos podríamos estar manejando en el portezuelo Cofré, nos quedamos sin señal y ahí no sé qué ocurría. Al primer conductor que pase le vamos a hacer señas. No solamente pasa en estos deportes sino a quienes transitan”.
La necesidad de seguir capacitando profesionales y organizar cuerpos de rescate está, pues la región de Aysén representa una variedad de terreno y clima montañoso técnico, y es necesario considerar el exponencial interés de jóvenes deportistas y aventureros que tienen ganas de conocer los rincones de la Patagonia.